Como nunca antes el militante por un cambio nacional y popular de esta época debe estar informado de todo. A diferencia del tilingo que sólo le basta machacar con uno o dos temitas, el militante Nac & Pop debe conocer de economía, medios de comunicación, concentración oligopólica, cifras de producción, labor parlamentaria, alineamientos políticos, historia reciente y no tanto, importancia de contar con una aerolínea de bandera y los motivos de su actual déficit, derechos humanos y un largo etcétera.
En cambio, al tilingo le basta con sacar cada quince días un temita que demuestra «el avasallamiento al orden constitucional y a las libertades individuales» del actual Gobierno y sobre eso insiste pero tampoco abordando la cuestión de fondo.
Pongamos el caso Fibertel. El tilingo protesta -con razón- porque va a tener que mudar de servidor con todo el quilombo que eso acarrea. No le importa que Fibertel no tuviera licencia para operar, él reclama por su comodidad molestada. Y de paso despotrica contra el Gobierno porque, según él, avasalla las libertades individuales. ¿De qué «libertades individuales» habla? De la libertad de poder contratar el servicio que más le guste. Muy bien, el Gobierno no atenta contra esta libertad: contratá el servicio que más te guste, pero que sea legal. De lo contrario el Gobierno estaría convalidando a los ladrones y estafadores. Es como aquel que compra un stereo o una máquina fotográfica robada y luego alega que él desconocía el origen doloso de dicho material. Esta es la discusión que en el caso Fibertel se deja de lado, si esta empresa estaba brindando un servicio de manera legal y estaba autorizada a hacerlo.
Veamos el caso Papel Prensa. El tilingo vocifera que lo que está sucediendo con esta empresa es un ataque contra «la prensa independiente». Si se le pregunta por qué dice eso el tilingo dirá, con los ojos un tanto desorbitados: «¿Pero no te das cuenta? El que controla Papel Prensa controla la prensa escrita». Y tiene razón, como bien lo señalara la Presidenta cuando presentó el informe oficial sobre Papel Prensa. Si se le pregunta entonces al tilingo quién controla hoy a Papel Prensa dirá acorralado: «Lo controla Clarín, pero prefiero mil veces que la controle Clarín antes que este Gobierno». Ah, bueno.
El militante deberá entonces tomar aire y tratar de llevar la discusión al fondo del asunto y le preguntará al tilingo si no cree que es necesario que sea el Estado quien regule la provisión de papel de diario, garantizando precios igualitarios y cupos para todo aquel que lo necesite. El tilingo puede aquí tomar dos caminos, según sea un tilingo boludo o un tilingo hijo de remil putas: el primero dirá «El Estado no se debe meter en ninguna regulación, que se ocupe de mejorar la seguridad de los ciudadanos». El segundo, en cambio, tratará de embarrar la cancha hablando del origen «dudoso» de Papel Prensa y de lo «llamativo» que ahora la viuda de Graiver se decida a hablar. El diálogo sería más o menos así:
-¿Por qué «dudoso» el origen de Papel Prensa?
– Porque Graiver compró esa empresa con dinero de los Montos.
-¿Y de dónde sacaron plata los Montos para dársela a Graiver?
-¿Cómo de dónde? De los 60 palos verdes que le sacaron a los Bunge & Born (sic).
-Qué raro. Porque Graiver compró Papel Prensa en diciembre del ’73; a los hermanos Born los secuestraron en septiembre del ’74 y el rescate comenzó a cobrarse en marzo del ’75.
-Eso no tiene nada que ver (!!!). Graiver era el banquero de los Montos.
-O sea que por judío y montonero está bien que la dictadura y Clarín le hayan arrebatado Papel Prensa a Graiver.
La discusión puede seguir por esos carriles y no vamos a llegar a ningún lado. El tilingo no es que no entienda, no quiere entender.
La seguimos mañana.
Mario Rivas