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Felices sueños
In Felices sueños on 2 diciembre, 2010 at 22:15¿A quién ataca y a quién defiende WikiLeaks?
In Medios de Comunicación, Opinión, por Manuel E. Yepe on 2 diciembre, 2010 at 16:08
"Pronto se hizo evidente que, por algún motivo, la disciplina que ha venido rigiendo a la supuesta libertad de prensa en el hemisferio, no había cedido en el caso del evento WikiLeaks", plantea Manuel E. Yepe en esta nota.
por Manuel E. Yepe (vía TeleSur)
Por estos días es frecuente escuchar preguntas acerca de WikiLeaks en todas partes: ¿Quién lo financia, a quién beneficia, a quién perjudica, cómo es posible que el imperio se muestre tan vulnerable?
No es difícil descubrir que quien queda más dramáticamente expuesto en los documentos sustraídos por WikiLeaks es el actual, ahora impopular, gobierno de Estados Unidos y, quizás por ello, la inusitada acción fue recibida con aprobación jubilosa en casi todas partes del mundo porque constituía un aporte de pruebas para la denuncia de sucios manejos imperiales contra los pueblos.
Diríase que la opinión pública aprobaba de antemano aquel gesto heroico de sustraer, a lo Robin Hood, papeles secretos del gobierno de Estados Unidos que ponían de manifiesto el irrespeto a la independencia de otras naciones y a la soberanía de los pueblos con que la política nacional y la diplomacia estadounidense asumen un papel que pretende ser de líder del mundo, para difundirlos a escala global.
Obviamente, tal ejercicio habría significado una extraordinaria conmoción en los procedimientos informativos establecidos.
Muchos pensaron incluso que tales revelaciones podrían ser el preludio del fin del imperio estadounidense o del fin del capitalismo. Era difícil suponer que tan inconcebibles testimonios de la violencia y del desprecio con que Estados Unidos maneja sus relaciones, no solo con sus enemigos sino también a sus amigos y asociados, fueran a quedar impunes a la luz del derecho internacional.
Las primeras revelaciones que pudieron ser apreciadas por la opinión pública mundial, por su carácter sensacionalista, hicieron pensar que las expectativas se justificaban, pero bien pronto se pudo saber que el hecho no era, como se creía, algo parecido a una absoluta libertad de difusión de la información que escapara de las reglas de control impuestas por Washington.
Pronto se hizo evidente que, por algún motivo, la disciplina que ha venido rigiendo a la supuesta libertad de prensa en el hemisferio, no había cedido en el caso del evento WikiLeaks.
No se sabe bien cómo ocurrió que los dirigentes del sitio web aceptaron que los documentos que habían logrado sustraer, para hacerlos del libre conocimiento de los pueblos, fuesen seleccionados o censurados por una agrupación de cinco de los medios más representativos de la gran prensa occidental que ha respetado históricamente las regulaciones impuestas por Estados Unidos. Se pudiera suponer que el acoso a que fue sometido por las autoridades estadounidenses de relaciones exteriores e inteligencia el máximo dirigente de WikiLeaks, fue responsable de que él cediera en esto, cual ante una retorcida de brazo.
Esos cinco medios fueron los diarios The New York Times, El País, Le Monde, Der Spiegel y The Guardian, de Estados Unidos, España, Francia, Alemania e Inglaterra, respectivamente.
Se supone que estas cinco publicaciones llegaron a una suerte de pacto con WikiLeaks sobre la base de que, antes de hacer públicos los documentos, advertirían al Departamento de Estado y se pondrían de acuerdo entre ellas para que los textos publicados se mantuvieran dentro de ciertos parámetros «éticos» acordados.
O sea, a diferencia de lo que anteriormente ocurría con las informaciones confidenciales reveladas por WikiLeaks, en esta ocasión se había instrumentado una filtración o «censura» a cargo de varios medios acostumbrados a regirse por la disciplina informativa establecida por Washington para los grandes medios occidentales que se identifican como la «mainstream media» informando, previamente a su publicación, a la administración estadounidense.
Pero más allá aún de estas dudas sobre la naturaleza verdadera de la operación WikiLeaks, están las dudas acerca de cuáles serán las fuerzas internas o elementos en Estados Unidos que están detrás del asunto o que han propiciado su ocurrencia.
No son pocos los que atribuyen la paternidad de la audaz hazaña periodística a la extrema derecha de Estados Unidos, las fuerzas neoconservadoras que perdieron, con la asunción de Barack Obama, el control total que ejercieran desde la administración de Ronald Reagan hasta la de George W. Bush.
Suponen que la contundente derrota del partido demócrata en las elecciones de medio término, abrió los apetitos de las fuerzas neoconservadoras de golpear al herido hasta asegurar su exterminio y el regreso de la ultra derecha al poder real en las elecciones del 2012, o antes.
Otras muchas respuestas se plantean a las preguntas acerca de las motivaciones reales del fenómeno WikiLeaks cuyos objetivos difícilmente pudieran calificarse de nobles o positivos, aunque su acontecer haya sido recibido con júbilo por quienes consideran merecida una sanción al presidente Barack Obama, dada su pobre actuación a favor de quienes lo eligieron en apoyo a su discurso renovador.
Refranero popular
In Refranero popular on 2 diciembre, 2010 at 14:36Por primera vez, un transexual recibió un DNI que reconoce la identidad de género
In Derechos Humanos, Noticias, Sociedad on 2 diciembre, 2010 at 14:21
La comunidad transexual avanzó otro paso hoy hacia el reconocimiento de la identidad de género con el otorgamiento de un nuevo DNI a una mujer trans, sin la necesidad de someterse a una cirugía previa de cambio de sexo.(foto Télam)
Nacionales, Derechos Humanos, Sociedad, 2 Dic (Télam).- En un acto realizado en el Salón Cabezas de la Cámara de Diputados, la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) le entregó hoy a Tania Luna su nuevo DNI, en un hecho considerado histórico por las organizaciones de lucha de derechos civiles.
Es que Tania, actriz de 27 años, se convirtió en la primera persona de América latina en conseguir un documento que reconoce su identidad de mujer, pese a haber nacido varón, sin haber sido obligada a someterse a una operación de reasignación sexual, de acuerdo con un fallo del 2008 del juez marplatense Pedro Hooft.
La actriz, que el 7 de este mes debutará en un espectáculo de revista junto a Reina Reech, consiguió ver plasmado en su documento el nombre con el que ella se rebautizó once años atrás.
«La mía es una situación de privilegio», celebró Tania en el Congreso, donde agradeció a su familia y a las organizaciones que la ayudaron con su reclamo y defendió la sanción de una ley para que lo que ella logró vía judicial tenga alcance a todas las minorías sexuales, imposibilitadas de acceder a un abogado.
De la entrega del documento a Tania en el Congreso participaron hoy César Cigliutti, presidente de la CHA; Pedro Paradiso Sottile, coordinador del área jurídica de esa organización; el titular del Inadi, Claudio Morgado; la activista Claudia Puccini y Lohana Berkins, referente de la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT).
«El DNI es la puerta de entrada a la ciudadanía, el reconocimiento a la elección sexual de cada uno y el acceso a planes sociales, de salud, al derecho a votar», manifestó Morgado, quien destacó el rol del gobierno nacional de «proveer las herramientas para que (esos derechos) sean una realidad».
Con la presentación del nuevo DNI, la comunidad homosexual y transexual dio una nueva muestra de apoyo al proyecto de ley presentado el mes pasado, que fija cuatro ejes para entender las identidades trans y evitar formas de reproducción normativa binarias (varón-mujer).
La iniciativa promueve: la despatologización (no considerar enfermedades a las identidades trans); la desjudicialización (que el trámite de reconocimiento sea administrativo ante el Registro Civil); la desestigmatización (incorpora la no discriminación); y la descriminalización de las identidades trans.
Hasta el 2008 la jurisprudencia argentina admitía sólo dos cuestiones: que los transexuales se realizaran cirugías «para adecuar su sexo externo a su sexo real» o que, «ya sometidos a intervenciones quirúrgicas, adecuaran sus documentos a su identidad real».
Eso cambió a partir de la presentación de Tania y del fallo del juez Hooft, quien argumentó que supeditar la sustitución del nombre a la previa realización de una intervención quirúrgica «implicaría una seria incongruencia» y una «visión reduccionista».
El magistrado entendió que se equipararía «el sexo como género con sólo una de sus exteriorizaciones, por caso la presencia de órganos genitales externos masculinos, en desmedro de la identidad personal».
Caso WikiLeaks: La Embajada y la prensa canalla
In Medios de Comunicación, Opinión, por Héctor Sánchez on 2 diciembre, 2010 at 2:14
"Las fuentes de informaciones han mutado de tal manera que ahora son los empresarios de los grandes medios comerciales de comunicación, y sus lenguaraces todo terreno de fabulosos ingresos mensuales, quienes fijan la agenda que después aburridos burócratas de escritorio transforman en informes secretos", plantea Héctor Sánchez en esta nota.
por Héctor Sánchez (vía Télam)
El escándalo desatado a partir de la divulgación de cables y archivos elaborados por diversas embajadas de los Estados Unidos en buena parte del mundo, pone una vez más sobre el tapete el rol que cumple el cuerpo diplomático de la que aún es la principal potencia militar, económica y tecnológica del planeta.
Las obviedades de esos informes muestran que espías e informantes del país más poderoso del mundo se basan en tapas y notas de diarios y revistas sin credibilidad posible, desacreditados por la realidad que los acorrala, y por la gran deserción de lectores y clientes que durante tantos años les creyeron.
Parece un chiste de un mal programa de TV, y será por eso que este episodio debería ser conducido por chimenteros que dicen ser periodistas, y que como único bagaje a exhibir tienen la propensión despreciable de la delación, la violación de la intimidad y las alcahueterías que puedan contarles los solícitos alcahuetes de turno de cualquier actividad.
Así, estas versiones (y perversiones) impublicables de la prensa canalla languidecen desde hace tiempo en los atados de revistas que los quioscos devuelven, o en páginas de diarios que en un pasado no muy lejano batían records de ventas, especialmente los domingos, y que hoy pierden lectores compradores de a miles.
Pero como nada se pierde y todo se transforma -vaya de este modo el recuerdo y homenaje para aquella sección que en la revista Humor llevaba adelante el gran periodista Aquiles Fabregat, recientemente fallecido- parece que los espías de esta pobre novela sí le dan crédito a la prensa canalla.
Entonces resulta que en América Latina, Europa y tal vez también en Marte, las fuentes de informaciones han mutado de tal manera que ahora son los empresarios de los grandes medios comerciales de comunicación, y sus lenguaraces todo terreno de fabulosos ingresos mensuales, quienes fijan la agenda que después aburridos burócratas de escritorio transforman en informes secretos.
A esta altura se hace imperioso decirlo: cuánto extrañamos al James Bond del cine de barrio de nuestra infancia, aquel que sólo con la mirada de Sean Connery, o después con la astucia de Roger Moore, se las arreglaban para informar cosas que la ficción mostraba como serias, y que comparadas con este bochorno, eran serias. Y ni hablar del Superagente 86, que a la hora de la merienda nos hacía reir en grande, mientras estos monos con navaja dan un poco de pena, y un mucho de asco.
Apenas un puñado de cables sobre decenas de miles han servido, sin embargo, para reafirmar aquellos conceptos sobre «La Embajada» y la política exterior estadounidense, esos que cuando desde el campo popular eran y son sostenidos sobre la base de la realidad, prensa canalla y políticos del sistema que ahora se autodefinen como «La Oposición» coincidían en desechar por «antiguos, en un mundo que ha cambiado».
Pues resulta que esos mismos políticos, revelan los cables divulgados por Wikileaks, son los que hacían cola en una embajada que supuestamente ya no espiaba «porque el mundo ha cambiado», y según esas mismas fuentes, en estas pampas la delegación estaba encabezada por la diputada Elisa Carrió.
Y esa prensa canalla es el lugar donde se repoducían y reproducen infamias y ficciones que después levantan espías que no podrían atarle los cordones de los zapatos a aquellos de nuestros cines de barrio.
Esta etapa degradante de la política estadounidense, en donde la ultraderecha del Tea Party le marca la cancha al presidente Obama cada día un poco más, se merece tal vez a estos espías de poca monta que cumplen de todos modos órdenes precisas para continuar con aquella vieja política imperial.
Y la prensa canalla de los grandes medios comerciales seguirá siendo el aparato reproductor de ese diagrama infame, en donde diversos pueblos del mundo padecen los temblores que derivan del trabajo de «La Embajada», y de ninguna manera de un sitio de internet que los desenmascare y lo divulgue. Casi a la medida de grises chimenteros que ni siquiera ensucian al periodismo, porque está claro que no lo son.