Archive for 27 de diciembre de 2010|Daily archive page
Felices sueños
In Felices sueños on 27 diciembre, 2010 at 22:30Garré indicó que el disturbio de Constitución fue producto de una situación política manipulada
In Noticias, Política, Seguridad on 27 diciembre, 2010 at 21:17
La ministra de Seguridad dijo que en el expediente por los desmanes del jueves en Constitución consta que uno de los detenidos dijo que era gastronómico y que le pagaron por generar violencia. Asimismo, felicitó a la policía por su actuación profesional en la protesta, a pesar de las agresiones.
Nacionales, Seguridad, Política, 27 Dic (SP).- La ministra de Seguridad Nilda Garré informó hoy que uno de los detenidos por los violentos incidentes registrados el jueves último en la estación Constitución dijo ser gastronómico y que le ofrecieron dinero para causar desmanes.
“Uno de los primeros detenidos es un sujeto que tenía una remera verde y blanca tapándole la cara, que tomó un contenedor y arengaba a la gente para prenderle fuego. Refirió que era gastronómico y que le iban a pagar $50 por día por tirar piedras y prender un poco de fuego”, señaló la ministra. Precisó que se trata de Alberto Cayetano Geuna y que las circunstancias que relató constan en el expediente judicial. “Supongo que la investigación averiguará quién le pagaba”, acotó.
Según Garré este clima estuvo provocado por un grupúsculo que sería funcional a un “precandidato que se vende como el que sabe y puede manejar la conflictividad social”.
Al respecto, la ministra llamó a la población a diferenciar las situaciones reales de conflictividad social de las que son impulsadas. “Si no hubiésemos tomado las precauciones adecuadas, con la presencia y saturación de esas fuerzas, estos hechos se hubieran producidos en otros lugares”, sostuvo.
En la oportunidad, Garré felicitó a los miembros de la Policía Federal que actuaron en la contención de los incidentes por su “comportamiento ejemplar. Usó mecanismos disuasorios, como los carros hidrantes”.
Alabó la madurez de la policía “que fue agredida en forma salvaje” y pese a ello tuvo una actuación impecable. “Reaccionaron con mucha profesionalidad, sin incurrir en excesos”, aseveró.
Asimismo, evaluó que en estos hechos las tareas de prevención son esenciales. “Debemos estar antes de que los hechos comiencen. Las fotos dejan claro que pueden ocurrir accidentes graves aún a quienes están cortando, que podrían generar muerte inmediata de quien recibe alto voltaico”, señaló.
La ministra de Seguridad, aseveró que esta violencia es lamentable y obedece a otros propósitos con la intención de crear caos. “Se enmarca en una situación política muy manipulada que busca dar la sensación de estado de desorden y crispación, de ausencia de poder y falta de autoridad”, añadió.
Al respecto apuntó que quienes actuaron en los incidentes no fueron “pasajeros contrariados” y que era muy clara la diferencia entre quienes querían viajar y los que fueron a provocar hechos de violencia.
Además, la ministra argumentó que el punto elegido para la interrupción del servicio del ferrocarril Roca «fue en un sitio vulnerable que afectó a todo el servicio de trenes del sistema eléctrico y el 95% del diesel».
Manifestó que estos hechos se produjeron en un horario donde normalmente circulan 60.000 personas por hora, que sufrieron un gran perjuicio por la interrupción de la circulación del tren. “Con elementos sencillos, simples se sabotea la circulación de un servicio público y se afecta la circulación de toda esta gente».
También condenó la importante cantidad de heridos como resultado de estos hechos, “31 de ellos, de la Policía Federal, con traumatismos diversos por las pedradas y cinco civiles. Uno de ellos fue derivado al Argerich en grave estado, tiene 65 años, es chileno, y fue atacado por una banda que le robó lo que tenía y lo sometió a una intensa golpiza. Los demás civiles heridos tienen lesiones leves”, precisó Garré.
La ministra dijo que el argumento de los desmanes fue una protesta gremial, pero llamó a buscar un equilibrio para que esto no afecte a los usuarios y dijo que éstos revistieron gravedad. “Se cancelaron y atrasaron servicios que afectaron a 320.000 personas”.
Además, aseguró que estos hechos representaron perjuicios y peligros para otras personas, incluso para los propios manifestantes.
Aseveró que los desmanes fueron provocados por 80 a 100 personas, “integrantes del Polo Obrero y Causa Ferroviaria, que reclamaban la reincorporación de los trabajadores despedidos y su traspaso a la planta permanente”.
Garré dijo que la equiparación salarial del sector tercerizado ya está cumplida; se obtuvo la reincorporación de 150 de los despedidos, y el pase gradual a la planta de trabajadores mercerizados, se está cumpliendo.
Informó que para paliar la ausencia de trenes, el gobierno dispuso un servicio de micros exclusivos con una frecuencia de salidas cada 5 minutos. También trabajaron 55 técnicos y ocho móviles, además de 50 personas para las tareas de limpieza de la estación. “Los técnicos tuvieron que revisar las vías y asegurarse de que no habría accidentes si se reanudaba el servicio”.
Durante su exposición, Garré mostró imágenes de televisión y fotografías registradas durante los incidentes. La ministra exhibió elementos secuestrados a los detenidos que “fueron con el objetivo de provocar un hecho de gran violencia. Del local de comidas se sacaron 500 botellas de Cocacola y 200 de cerveza para producir daños y lesiones al arrojarlas” luego a la gente.
Indicó que además de los detenidos hay otras personas identificadas y que espera sean arrestadas cuanto antes.
Reiteró que desde el gobierno nacional está la decisión de garantizar el derecho a la seguridad de todos los ciudadanos, “en el marco de la ley con un desempeño eficiente de las fuerzas de seguridad”.
Aclaró que el derecho a peticionar no habilita a generar desmanes ni imposibilitar el normal funcionamiento de los servicios esenciales y la normal circulación de la gente. “Exhortamos a que tengan en cuenta esta necesidad de no alterar las vías de comunicación o a impedir el funcionamiento de los medios de transporte”.
En su reunión con la prensa, Garré informó de la habilitación de una línea telefónica gratuita para recibir información que ayude a esclarecer estos hechos, que están bajo investigación judicial. Se trata del 0800 5555 065.
No recibió llamado
En la oportunidad, la ministra Garré desmintió haber recibido llamado alguno del jefe de gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien dijo que la funcionaria nacional no le atendió el teléfono. “Sé que los teléfonos no andan muy bien. Como está en los diarios, quiero aclarar que no he recibido llamado acá en el ministerio ni en mi domicilio particular”, aseguró.
Lo dijo al analizar la toma del Club Albariño, donde expresó que se vivió una situación de tensiones muy grande, “que ha cesado y se ha identificado a los instigadores de esa maniobra, que esperamos sean detenidos lo más rápido posible”.
Indicó que hay que evitar que esto se siga produciendo y para ello hay que hacer una tarea e investigación inteligente para terminar con la utilización de gente con necesidad real. “Hemos logrado que gente se retire y vamos achicando la cantidad que está ahí”, indicó. Precisó que hay dos detenidos, otros más identificados y así se podrá saber “cuáles son las raíces de estos grupos que impulsan las ocupaciones para beneficiarse económicamente”.
Sra. Presidenta: Randazzo le está mintiendo
In Opinión, Política, por Mario Rivas on 27 diciembre, 2010 at 20:20
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, luego de entregar distinciones por seguridad vial realiza falsas declaraciones sobre la frustrada entrevista con el líder Qom Félix Díaz. (foto SP)
por Mario Rivas
«Que manera de embrollar una situación que podrían manejar con sensibilidad». Eso me dice una compañera sobre el reclamo de los Qom.Y cuánta razón tiene.
Realmente ayer teníamos esperanzas de que este asunto pudiera resolverse de alguna manera y que Félix Díaz, el líder de la comunidad Qom de La Primavera, encontrara una respuesta a su pedido de respeto a la tierra que les pertenece y que cesara el hostigamiento que están sufriendo por parte de la policía del gobernador Gildo Insfrán.
Claudio Morgado, presidente del Inadi, personalmente se acercó hasta las carpas donde están llevando la huelga de hambre para entregarle a Díaz la carta en donde el ministro Randazzo se comprometía a recibirlo hoy a las 10 de la mañana. Así lo publicó, además, el portal oficial Sala de Prensa, dependiente de la Secretaría de Medios de Comunicación:
El cacique Félix Díaz momentos después de no ser recibido por el ministro Randazzo.
La razón golpista
In Opinión, por Horacio González on 27 diciembre, 2010 at 9:30
"Si pudiéramos trazar una genealogía de las relaciones entre el golpista y el revolucionario, el primero ha triunfado plenamente sobre la melancólica figura del segundo. Es el patético resultado de la supervivencia de las instituciones políticas clásicas que subsisten trabajosamente en la era de las imágenes e iconos fabricados con tecnologías comunicacionales masivas. Los golpismos son seductores; la revolución es una nostalgia.", plantea Horacio González en esta nota.
«En la década del ’30, Curzio Malaparte escribió un libro ingenioso pero abusivo: Técnica del golpe de Estado. Estudiaba de un modo atrevido la captura de los dispositivos de gobierno por parte de un pequeño núcleo de especialistas. El golpe de Estado era en esencia un hecho de naturaleza técnica. Malaparte (evidentemente, un seudónimo mordaz) tomaba a León Trotsky como uno de sus variados modelos. Pero en su largo periplo hacia el exilio mexicano, el sutil revolucionario ruso lee ese libro y rechaza sus premisas. La revolución, conjetura con razón, no es cuestión de un pequeño puñado de técnicos, sino de clases sociales y relaciones de clase.
En la misma época, casi en el mismo año, un joven militar argentino ávido de eventos conmocionantes, el mayor Perón, escribe su opúsculo titulado “Lo que yo vi de la preparación y la ejecución de la revolución de 1930”. Era una atractiva crónica. Su tema dominante consistía en reflexiones sobre la organización del suceso golpista. Abundan en el escrito las quejas por la falta de método en las deliberaciones de los conjurados y sólo al pasar hay referencias a la “cuestión propagandística”, precisamente algunos artículos de Lugones en La nueva república. Sin embargo, el clima de este interesante escrito es “metodológico”, pasando por alto todo lo relativo al estado de desazón colectiva que se transitaba en esos días postreros del gobierno de Yrigoyen. En este punto, es de recordarse la vasta campaña de desprestigio de Yrigoyen que venía siendo practicada por el diario Crítica.
Quien se sienta revolucionario dudosamente acepte el mote de golpista. En el escrito de Perón se hace precisamente esta distinción. Las notas ideológicas que prestigiaban a la revolución, por encima de los tecnicismos de los “especialistas del golpe”, hacían poco recomendable al golpista, tanto como aceptable al revolucionario. En su formidable Historia de la Revolución Rusa, Trotsky describe esos acontecimientos como surgidos de una conciencia trascendente, un tanto demiúrgica pero laica, propia de un inconsciente colectivo, idea de época que sin duda él toma del psicoanálisis y del surrealismo, que tanto le interesaran para sus propias reflexiones críticas. Se entiende que Trotsky impugnara la tesis “tecnicista” de Malaparte, quien tampoco abandona el análisis de las cuestiones atinentes al sentimiento general de “caos y desgobierno”, algo que también se propone generar el procedimiento golpista.
Si pudiéramos trazar una genealogía de las relaciones entre el golpista y el revolucionario, el primero ha triunfado plenamente sobre la melancólica figura del segundo. Es el patético resultado de la supervivencia de las instituciones políticas clásicas que subsisten trabajosamente en la era de las imágenes e iconos fabricados con tecnologías comunicacionales masivas. Los golpismos son seductores; la revolución es una nostalgia. Los medios de comunicación que operan con escenas primordiales de miedo y esperanza crean disciplinas de masivas, el “theatrum mundi” de la palabra popular desnuda, hablando de espasmos o catástrofes. La televisión convirtió en una factoría de fábulas universales a las grandes perturbaciones, como desastres a gran escala, salvatajes inesperados, dramas con premios y castigos, ascensos y caídas sumergidos en lenguajes evangélicos, confesiones de pornógrafos redimidos, pastorales moralistas fascinadas por lo obsceno al que sin embargo parecen condenar y fachadas sicalípticas usadas para lanzar moralinas asfixiantes. En estos lenguajes se nutre ahora la razón golpista.
(…)
Este es un problema para los gobiernos provenientes de la tradición popular-nacional clásica, como el actual en la Argentina, que piensan en forma relativamente autónoma la representación popular, disputándosela parcialmente a las corporaciones. Algunas de ellas son propietarias de los medios de producción comunicacionales. En buena medida esta situación, entonces no enteramente percibida, comenzó a agudizarse en tiempos de Alfonsín. Y estos gobiernos, al practicar aunque sea tímidos reformismos, descubren como reacción el resurgir de la razón golpista, que ahora opera con utensilios simbólicos nuevos muy diferentes de los del tiempo de Trotsky, Malaparte y Perón. Y estos gobiernos, al descubrirla, arrojan su advertencia sobre los operadores del golpe, los conspiradores, acaso sin percibir que los neogolpismos son estructuras permanentes más allá de que existan personas o grupos que ejerzan acciones conspirativas o piensen en los términos de esa antiquísima manera de ser de lo político. El golpismo está estructurado como un lenguaje interno de la época, como una semiología que antes que voltear instituciones, las deja como un pellejo vacío.
Los gobiernos realmente populares son frágiles en relación con las reformas que encaran (tal el de Chávez, el de Evo, el de Cristina, el de Correa) que, sin embargo, no satisfacen a los partidos provenientes de las antiguas herencias de izquierda, e incluso a variadas configuraciones de la izquierdas nacionales del período anterior, que ahora han asumido partes de la discursividad republicana, menos en su esencia histórica que al gusto de la mediocracia hegemónica. Observemos que aunque los gobiernos mencionados se rodean también de medios de comunicación favorables, en muchos casos no desdeñables, penden siempre de un hilo. Sus variadas deficiencias originarias y constitutivas, explicadas por el plasma que les da sostén, en figuras y hábitos surgidos de antiguas utopías nacional-democráticas ya carcomidas, se prestan a las críticas moldeadas en el venerable figurín antiburgués y antiimperialista, mientras que no implica buena defensa de ellos el decir que “hay que tragar un sapo todos los días”. Esto es, nunca cumplirán con los requisitos premoldeados de las izquierdas arquetípicas, pero al mismo tiempo se hace incómodo verlos defendidos por pragmatistas asimismo anacrónicos, sobrevivientes de viejas épocas.
Estos gobiernos están acechados por viejas y nuevas derechas y también son condenados dura y simultáneamente por un ramillete significativo de izquierdas de todo cuño. Estas son encrucijadas que generan un punto de entrecruzamiento de todas esas fuerzas, lo que no es nuevo en la historia, pero ahora adquiere una significación trágica al poner en antesalas neogolpistas de derrumbe y desgaste a gobiernos democrático-sociales. Son acusados de no mantener el mismo “monopolio legítimo de la violencia” que las corporaciones llaman a horadar a diario. Se trata de una circularidad en la que las derechas se autoconvocan para custodiar la democracia justamente cuando ésta adquiere la nota suprema de autocontener a sus fuerzas represivas. La teoría política no ha llegado aún a identificar los nuevos síndromes de las corporaciones, es decir, su capacidad de actuar en situaciones paradojales: discurso de orden y deseo de desorden a un tiempo, como nueva productividad de sentidos múltiples. Para ello pueden incluso invocar las causas más justas, las que aún no han sido atendidas por errores y desidias de los frágiles gobiernos populares.
(…)
Activos dirigentes de las izquierdas argentinas hablan ahora como si no conocieran esta historia (la historia de este problema desde el punto de vista de las propias izquierdas mundiales), omitiendo la reflexión necesaria sobre las nuevas condiciones del ejercicio de la política en sociedades sometidas a complejos discursos de dominación material y simbólica, diciendo que no les pertenecen los decisivos efectos que causan sus acciones. Acciones con sentido intrínsecamente justo pueden tener consecuencias carentes de sentido justiciero. Asimismo, los gobiernos populares que no amplíen el abanico de sus reflexiones sobre la consistencia general del sentido de justicia social se privan de explorar su anunciada capacidad transformadora. La historia marcha por su lado áspero, deficiente. Vieja consigna que consigue ser aleccionadora cuando la vida política escapa en su conjunto de la razón golpista, convertida ahora en un pensamiento diseminado en amplios públicos sociales, tanto como en épocas anteriores parecía haberse extendido la razón democrática. A ésta, los gobiernos populares deben llamar a defenderla como los peces deben defender el agua».
(Leer completa la nota de Horacio González haciendo click acá)