
"La “burguesía nacional” (...) es algo peor que un significante vacío: una entelequia que jamás cobra cuerpo" plantea Mario Wainfeld en esta nota.
«En materia energética, el rumbo del Gobierno ha sido más zigzagueante, regido por el método del ensayo-error. Se fueron reformulando objetivos al vaivén de las pulsiones económicas del “modelo”. En los primeros años se designó como prioritario conseguir dinero fresco, vía regalías, tanto como abaratar los precios del combustible para dinamizar el consumo y la reactivación de la economía real. La compra de gas a Bolivia, además de su finalidad primaria, contribuía a la integración regional y a darle una mano a la gobernabilidad al presidente Evo Morales. En una etapa de bonanza y aceleración, aumenta la ambición temática.
Una de las maniobras menos exitosas, cuyos defectos hacen llaga, fue haber apostado a una parcial “nacionalización” empresaria de Repsol YPF, fomentando la incorporación del grupo Eskenazi. La “burguesía nacional”, fantasía que acecha a una amplia mayoría de dirigentes políticos argentinos, es algo peor que un significante vacío: una entelequia que jamás cobra cuerpo. El caso Repsol agregó una referencia más a esa fantasía recurrente, que también influyó en la hipervalorada ley contra la extranjerización de tierras rurales.
Volviendo al núcleo. Tras percatarse del agotamiento de la fantasía del accionista argentino, el Gobierno aprieta las clavijas a la empresa española. El gobierno del Partido Popular y el mismísmo rey bancan a la petrolera, para oponérseles es necesario alguien de porte, aunque no de su estricto tamaño: otro Estado nacional y no un puñado de provincias dispersas. Esa lógica de poder domina la ofensiva de las provincias, liderada por el gobernador de Chubut Martín Buzzi, conducida desde la Casa Rosada y articulada por el ministro Julio De Vido.
En este terreno, el kirchnerismo fue menos coherente y, por así decir, etapista que con el Banco Central, aunque siempre imaginó un Norte similar. Ante el fracaso de una jugada, apela a su idiosincrasia: juega fuerte, enfrenta a una multinacional, acumula en el frente interno».
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