
» Una cuestión que excede el análisis económico y que corresponde estudiar a otras disciplinas es cómo perduran en el accionar político y en la influencia del sentido común axiomas de resultados desastrosos», plantea Alfredo Zaiat en esta nota.
«El diagnóstico económico convencional se encuentra en aprietos porque la respuesta oficial no es el ajuste ante vientos recesivos. Por el contrario, se aplican medidas contracíclicas para amortiguar la caída y generar las condiciones para retomar el crecimiento. Por ese motivo analistas y economistas de la ortodoxia parecen desesperados deseando y convocando una recesión. Están descolocados y exageran porque lo único que saben proponer son iniciativas contractivas en momentos como el actual de desaceleración de la actividad. Retroceso que reconoce su origen en factores externos por la crisis internacional, en especial por el escaso dinamismo de la economía brasileña, y también por razones internas debido a las restricciones a las importaciones y en el mercado cambiario que inicialmente impactan en forma negativa en el nivel de actividad.
Un rasgo distintivo de los gobiernos de CFK es rechazar las recetas económicas dominantes en las últimas décadas, desplegadas hoy en forma implacable en Europa. Elude las políticas de ajuste presentadas como necesarias por el discurso económico hegemónico, organismos internacionales y líderes políticos de potencias mundiales. La experiencia histórica, como la depresión del ’30 del siglo pasado o la latinoamericana de las décadas del ’80 y ’90, enseñan que medidas de ajuste sólo profundizan la caída de la economía y el deterioro de las condiciones sociales y laborales.
Una cuestión que excede el análisis económico y que corresponde estudiar a otras disciplinas es cómo perduran en el accionar político y en la influencia del sentido común axiomas de resultados desastrosos.
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En 2009, en un escenario político complicado por el rechazo a la Resolución 125 y derrota electoral en las elecciones de medio término y la debacle financiera de Estados Unidos y Europa, las políticas fiscales expansivas amortiguaron la fase recesiva del ciclo económico. La implementación de la Asignación Universal por Hijo y el Programa de Recuperación Productiva (Repro) de protección de empleos, además de los dos primeros aumentos anuales de las jubilaciones, definidos por la ley de movilidad aprobada en octubre de 2008, buscaron mantener el consumo doméstico de los sectores más vulnerables. La economía registró una brusca caída del crecimiento de 6,8 por ciento en 2008 a 0,9 por ciento al año siguiente. Esas medidas expansivas evitaron un retroceso mayor, pero más importante fue que no se destruyeron recursos materiales y humanos permitiendo de ese modo una salida rápida e intensa para reiniciar el crecimiento en 2010
En una situación económica difícil como en 2009, el Gobierno vuelve a eludir recetas recesivas. Con bases expansivas ya operando (AUH, aumentos salariales y de jubilaciones, y obra pública), el aporte adicional proviene de dos decisiones vinculadas a mantener dinamismo en actividades que tienen un importante encadenamiento productivo en la industria. Una fue asumir el control estatal de la petrolera nacional YPF, y la otra fue la reciente presentación del ambicioso plan de créditos para la construcción de viviendas».
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