Una publicación efímera, como todo

¡Gracias Alcornoque!

In Opinión, por Mario Rivas, Vinos on 22 octubre, 2012 at 15:04

por Mario Rivas *

El placer de beber un buen vino comienza sin lugar a dudas con el descorche de la botella.
En la estantería un vino nos puede llamar la atención por su etiqueta o la forma de la botella que lo contiene. Pero la fiesta comienza realmente cuando se despierta y se convoca al Duende del Vino con el sonido característico que produce el corcho cuando sale.

En la década de los ’90 los marketineros convencieron a mucha gente de que el corcho se debía retirar sin hacer ruido. Argumentaban que la entrada de oxígeno a la botella de manera brusca afectaba el sabor del vino. Mentiras.

En primer lugar, ¿cuánta es la superficie que se ve afectada por la entrada de oxígeno? Poca, muy poca. En segundo lugar, si no hay ruido el Duende no se siente convocado y ya en la copa se puede negar a participar de la fiesta.

En realidad, esta afirmación que asegura que hay que descorchar de manera silenciosa tiene que ver con tratar de imponer los corchos sintéticos, que podrán ser todo lo herméticos que quieran pero que el sonido que producen al salir de la botella es una de las cosas más horribles que he escuchado en mi vida.

Pero fundamentalmente, el corcho sintético nos priva del primer acercamiento que tenemos con un vino: imposible oler nada en él o saber algo del color y edad de su contenido. En cambio, un corcho de alcornoque nos proporciona los primeros aromas del vino y nos dice mucho de los taninos que luego encontraremos en la bebida.

Así que ya sabe: la próxima vez que vaya a beber un vino en un restaurante pidale al mozo que por favor no lo descorche de manera silenciosa. Que haga ruido, ese sonido inconfundible que nos dice que la fiesta del vino está por comenzar. Y además, aunque lo odie por eso, pídale al mozo que le entregue el corcho y disfrute de los aromas que allí se conservan. Cuando lo haya hecho le aseguro que ya estará más que bien predispuesto a comenzar la celebración que significa beber un buen vino.

De todo esto también estaremos hablando en la próxima Vendimia de La Cariñosa que realizaremos el próximo sábado 27 de Octubre. (Ver más acá)

El corcho se fabrica con la corteza externa del alcornoque, la cual es ligera, elástica e incombustible. Hábiles corcheros extraen con cuidado la corteza que luego se almacena en láminas y se procede a la fabricación de los distintos tipos de corchos.

Los mejores corchos siguen elaborándose a mano y su efectividad para sellar una botella es tal que vinos de más de cien años pueden permanecer con su contenido en perfecto estado gracias a la virtudes de este sencillo tapón de alcornoque.

* Enófilo entusiasta

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