Una publicación efímera, como todo

«Nunca más» debe ser «Nunca más»

In Opinión, por Miguel Siciliano* on 8 febrero, 2013 at 9:00

La Perla campo de exterminio

por Miguel Siciliano*

«Mientras la golpean le gritan que van a matar a la criatura que lleva en el vientre. La insultan y amenazan permanentemente. En un momento dado le dicen: «Estás desaparecida en la Perla. De aquí ni Dios, ni el Papa, ni el presidente te sacan…» Libro Nunca Más

«El panorama de la barraca no había variado: la misma doble fila de colchonetas, y sobre ellas los cuerpos encapuchados o vendados, con las manos atadas a la espalda. En la puerta de entrada un soldado hacía guardia desarmado, y de vez en cuando alguno se asomaba, recorría con la vista el suelo de la barraca, y luego volvía a desaparecer. En cierta medida había en La Perla una rutina alucinante a la cual todos empezaban a acostumbrarse, y cuyo eje principal era el momento en que llamaban para los traslados. Julia escuchaba el camión que llegaba al patio del cuartel, esperaba, repetía mentalmente su número, pensaba que el 244 no era un número como para que lo dijera algún oficial en voz alta desde la puerta de la barraca, creía que habría de salvarse nada más que por tener ese número y no otro». Libro «El Tigre y la Nieve», novela de Fernando Butazzoni (1986) sobre una detenida, Julia Flores, en La Perla.

Soy un convencido de que hay que hacer hincapié en la importancia de que la sociedad se involucre en el proceso de juzgamiento a los responsables del terrorismo de Estado y en el rol de los comunicadores a la hora de construir relatos vinculados a esta etapa tan traumática de la Argentina.
La condena a los genocidas permite cumplir con un sueño de reparación histórica de la Argentina, que implica poder debatir sobre los juicios, instalarlos en la agenda social y reflexionar sobre el pasado. La construcción de la memoria es un derecho. El sentido humano, pedagógico y reparatorio que tiene una sentencia de este tipo, viene a resolver una deuda fundamental de todos los argentinos.
El 24 de marzo de 2004 en el acto de firma del convenio de la creación del Museo de la Memoria en la ESMA el ex Presidente Nestor Kirchner esto manifestaba (casi 30 años después): «A las cosas hay que llamarlas por su nombre y acá, si ustedes me permiten, ya no como compañero y hermano de tantos compañeros y hermanos con los que compartimos aquél tiempo sino como Presidente de la Nación Argentina, vengo a pedir perdón por parte del Estado Nacional, por la vergüenza de haber callado durante veinte años de democracia por tantas atrocidades.»
A nivel personal quiero pedir disculpas porque yo era de los que decía en muchísimas reuniones en las que he participado, sociales y hasta  políticas, que demos vuelta la página; también he dicho basta con estas historias de rencor, basta con remover mierda, basta con volver al pasado. Me hago cargo de estas cosas que he dicho y que he pensado.
Públicamente quiero hacerlo porque hablar de esto, porque juzgar a los genocidas de la Argentina, porque reivindicar a los hijos, a las madres, a las abuelas que han sufrido tantos años de vejaciones y de dolor es la única manera de que este país pueda salir adelante.
Cada vez que pienso que hoy tengo tres hijos y que alguno de ellos podría desaparecer, cada vez que pienso que mi viejo y que mi vieja podrían estar más de treinta años buscando a sus nietos, buscando a sus hijos, y cada vez que me acuerdo que dije que había que dar vuelta la página siento vergüenza por la manera en la que alguna vez pensé.
Por eso creo que lo que tenemos que hacer, sobre todo aquellos que ocupamos un espacio público, es hablar de lo que le pasó a la Argentina, juzguemos a quienes tengamos que juzgar, hagamos memoria porque es la única manera de que esto no vuelva a pasar.
Por último quiero agradecerles a las Abuelas de Plaza de Mayo, a las Madres de Plaza de Mayo, a los Hijos y a todos los que con su esfuerzo y con su lucha hicieron que algunos desagradables tipos como yo, que decían que había que dar vuelta la página para poder avanzar, hoy estén diciendo: «Verdad, Justicia y Memoria» y para que el «NUNCA MÁS» sea «NUNCA MÁS», y para que mis hijos y los hijos de todos los que viven en este país sean los guardianes de que en la Argentina esto no vuelva a pasar.

*Concejal

Bloque Eva Duarte

Ciudad de Córdoba

  1. uno recuerda porque no cesa la injuria, es carne viva. Y no quiere que cese si no es con justicia, ya que no pudo ser -ay- aparicion con vida. Uno pasa esa posta a los hijos, uno sabe del daño, intuye el daño. ¿no es este odio de hoy hijo de las cosas no resueltas del pasado? Hay un hilo que conecta la Historia, pero no es un cordel recto, es una maraña, hecha de nuestras biografias personales.
    quien quiera oir, ya se sabe, que oiga.

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