Una publicación efímera, como todo

Muy entrada la noche

In por Nadia Ethel Basanta Bracco, Teatro on 3 mayo, 2013 at 18:16

plaza a oscuras

por Nadia Ethel Basanta Bracco

 Muy entrada la noche. En la esquina sólo se ve la farola y el círculo que a su alrededor dibuja la luz naranja. El resto es la oscuridad más densa. Podría ser el fondo de una laguna donde la luz nunca llega. Al lado de la farola está Facundo, un chico de unos 20 años,  quieto como si fuera una orden. Sólo sus ojos se mueven. Todo él pareciera estar en un alerta inmóvil)

Voz: (desde la oscuridad) ¿A quién esperás?

Facundo: (se asusta pero lo disimula) ¿Qué?

Voz: (desde otro lugar de la oscuridad) Que a quién estás esperando

Facundo: A nadie

(Se escucha el sonido de alguien que se mueve muy rápido en la oscuridad. Es imposible predecir de donde viene la voz. Parece brotar de todos lados)

Voz: Estás acá a esta hora. Estás esperando a alguien. Quiero saber su nombre.

Facundo: No sé. No me dijo. Me dijo que lo espere acá y cortó.

Voz: Tenés miedo.

Facundo: ¿Qué? ¿Qué te pasa?  Vení para acá que no te veo ¿Qué me decís esas cosas?

Voz: ¿Me vas a pegar?

Facundo: Sí! Aparecé que te reviento a patadas.

Voz: No te creo. Es la primera vez que venís por acá. Seguro que ya ni sabés para qué lado queda tu casa con todas las vueltas que te dio el taxi. Traés plata encima. Y estás solo. Yo creo que te estás haciendo pis.

Facundo: ¿Qué lugar es acá?

Voz: Maldonado. Como vos. Que estás mal y donado.

Facundo: ¿Qué querés? ¿Me vas a robar?

Voz: Son muchas preguntas. Si vos tuvieras lo que quiero te lo hubiera sacado.

Facundo: ¿Entonces?

Voz: Yo también estoy esperando. Un llamado del cielo.

(Desde la oscuridad se prende un encendedor que ilumina apenas la silueta de la voz. Prende un porro)

Facundo: (Se ríe) Sí, del cielo…

(Silencio)

 (Facundo cada tanto revisa su teléfono y desde su inmovilidad mira a ambos lados.

La silueta se acerca desde la oscuridad, la brasa encendida parece flotar en lo negro. Extiende la mano hacia la luz y le alcanza el porro a Facundo, que se sobresalta y lo rechaza, pero la mano sigue ahí. Entonces duda, y fuma. El tiempo se detiene)

 

(La silueta se sienta junto a Facundo en el cordón de la vereda. El círculo naranja de luz lo baña por completo. Es El Rubio. Tienen la misma edad)

El Rubio: Soy el Rubio del pasaje.

Facundo: Yo Facundo.

El Rubio: Yo también.

Facundo: ¿No sos El Rubio?

El Rubio: También. En el documento y en los papeles dice Facundo. Acá soy El Rubio.

Facundo: Qué casualidad.

El Rubio: No sé qué es eso. En un rato vas a tener que irte.

Facundo: ¿Por?

El Rubio: Amanece. Ellos saben lo que estás haciendo. Te están esperando.

Facundo: ¿Qué? ¿Adónde? ¿Vienen para acá?

El Rubio: Están siempre. Pero te dan tiempo.

Facundo: ¿Y vos cómo hacés?

El Rubio: Escapo. O me hundo entre la gente. O desaparezco en la oscuridad. Como recién.

Facundo: ¿Todo el tiempo?

El Rubio: Sí.

(Silencio)

(El Rubio saca una bolsita de nylon del bolsillo. La abre con cuidado y se la ofrece)

El Rubio: ¿Querés?

(Facundo acepta la bolsita y mira en su interior)

El Rubio: Son todas de frutilla.

(Facundo saca de la bolsita algunos caramelos de goma rojos y los sostiene en la palma mientras se los come)

El Rubio: (se mete varios a la boca) Son para ella (mientras hurga en su ropa buscando su teléfono) No le gustan las de otro color (saca el teléfono pero enseguida lo guarda decepcionado) Te iba quería mostrar una foto, pero no tengo ninguna en este teléfono. Es prestado. El mío se cayó al agua.

Facundo: Secalo con un secador de pelo. A mí me pasó lo mismo una vez y…

El Rubio: (Interrumpiendo) Shhh!!

(Facundo calla de repente. Unas luces azul intenso cruzan la oscuridad. Intermitentes… heladas… cada 1 seg. cubren ambos cuerpos y congelan sus caras. El tiempo se detiene)

(Lentamente las luces se disipan y el círculo naranja de la farola vuelve a ser la única luz que habita)

Facundo: (apenas sonriendo) Nos volvimos invisibles!

El Rubio: (le devuelve una sonrisa amplia) Desaparecimos

(Ambos ríen y sus risas se mezclan con los truenos, que se mezclan con el sonido de las gotas golpeando los techos de chapa, que suena como si llovieran balas de punta sobre la ciudad todavía dormida)

El Rubio: (se para rápidamente, se cubre con la capucha de la campera y atiende su teléfono que vibraba hacía un momento) Estoy. (Corta y comienza a alejarse.)

Facundo: ¿Ya te vas?

El Rubio: Sí. Vos tendrías que hacer lo mismo.

Facundo: Pero me dijo que lo espere acá…

(La lluvia va inundándolo todo, cubriendo el aire con una cortina densa que puede cortarse con cuchillo. Facundo está ahí con agua hasta los tobillos y sigue subiendo)

El Rubio: (gritando desde la oscuridad lejana) Andate… No va a aparecer… Acordate lo que te digo… Con el agua no va a aparecer…

(El Rubio ha desaparecido. Facundo se ha quedado cubriéndose de agua)

N de R: Facundo Rivera Alegre («El rubio del pasaje») desapareció el 19 de febrero de 2012 a la salida del baile de Damián Córdoba en el Estadio del Centro, en la ciudad de Córdoba (Argentina). Aún hoy continúa desaparecido.

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