por Mario Rivas
No me canso de decir que, para mí, Macao es la mejor librería de Córdoba. No sólo porque allí se encuentran joyitas increíbles sino también por el precio a que se venden. Este es el caso de la Antología del maestro Chumy Chúmez que hoy el amigo Caballero puso en mis manos. El precio es de no creer, tanto que lo llamé dos veces a Caballero para que me lo confirmara: $40. Así como lo leen: cuarenta pesos.
Chumy Chúmez, un humorista gráfico español nacido en 1927 en San Sebastián y muerto en Madrid en el 2003, ha sido sin dudas el gran maestro de los humoristas gráficos del mundo. El caso más palpable es el del cubano René de la Nuez, pero no el único ni mucho menos: sin ir muy lejos, en los trazos de nuestro querido Cristobal Reynoso (Crist) se puede apreciar aún la influencia del maestro español.
Con sólo 22 años Chumy Chúmez (cuyo verdadero nombre era José María González Castrillo) es aceptado como colaborador en la mitológica revista La Codorniz, dirigida por el no menos mitológico Álvaro de Laiglesia. Corría el año 1949 en la España franquista, represora y reprimida y no era para nada fácil ejercer de humorista gráfico. Como bien la señala el propio Chumy en la introdcción a su Antología: «Nuestra generación era una generación hija de madre soltera, éramos huérfanos de padres estéticos. (…) No tuvimos maestros. Nuestros maestros habían sido ejecutados o habían huido al extranjero o vivían condenados al ostracismo». Eran épocas en donde «las caricaturas personales estaban prohibidas aunque fuesen elogiosas para los caricaturizados», recuerda Chumy en una frase que lo dice todo.
Así y todo Chumy Chúmez logra desarrollar un estilo que hasta un punto lograba burlar la férrea censura franquista. Es que Chumy lograba conjugar de manera única dos habilidades imprescindibles para el humorista gráfico: la habilidad literaria y la habilidad manual. Cómo olvidar su trazo, cómo escapar al influjo increíble que producían sus tintas, su uso exacto de los altos contrastes, su fina síntesis. Y qué decir de su capacidad para resumir en breves líneas de apenas unas palabras toda una situación, una ideología, una forma de entender la vida. Esto producía en el lector la sonrisa cómplice (la más difícil de lograr según reconocen los propios humoristas) aunque a veces era inevitable ante sus viñetas estallar en una carcajada, como aquella en donde muestra un patíbulo y al final de la escalera un cartel advirtiendo: «Cuidado con el escalón».
Cultor del humor negro, de la fina ironía política y agudo observador de la hipocresía del mundo, Chumy Chúmez nos dejó un legado imborrable que esta Antología rescata de manera excepcional.
Por último, aquí les dejo algunos de sus trabajos luego de hacer una selección imposible porque realmente todos son excelentes. Bueno, cuando ustedes tengan en sus manos este libro me darán seguramente la razón.
Antología de Chumy Chúmez, humor gráfico, 270 pgs, 21 cm. x 27 cm., tapas duras, Editorial Edaf. $40 en Macao.
El Ojo con Dientes 