por Mario Rivas
Amanecía el 24 de marzo de 1976 y mi viejo abrió la puerta de mi cuarto: «Se dió el Golpe» me informó a modo de saludo. Todavía lo veo, a contraluz en el marco de la puerta, sosteniendo en su mano izquierda la Tonomac Platino para no perderse los flashes informativos de Radio Universidad. Casi un mes más tarde, el 23 de abril, un comando paramilitar lo secuestraba y lo fusilaba a las pocas horas en un cortadero de ladrillos camino a Pajas Blancas. Pero esa es otra historia. Lee el resto de esta entrada »