«Necesitamos estimular la creatividad, terminar con la educación enciclopedista. Habrá estado bien cincuenta o cien años atrás. Hoy está Google. No tapemos el sol con la mano. Es imposible seguir dando respuestas a preguntas que los niños/jóvenes no se hicieron. En la vida sucede exactamente al revés: primero uno tiene un problema, y después busca la solución. En las escuelas enseñamos teorías que sirven para resolver problemas que nadie tiene, al menos, que nadie tiene ahí. Por eso la desconexión, por eso la distancia, por eso el rechazo. Nadie quiere estudiar sin estímulos. Un matemático puede aportar sus dudas, las dudas que tenemos, mostrarnos falibles, mostrar lo que no sabemos, no solo lo que ya se sabe. No sé en qué dosis, pero es lo que pienso».
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