Una publicación efímera, como todo

Reforma constitucional, ciberpolítica y patíbulo

In Opinión, por Mempo Giardinelli on 29 agosto, 2016 at 8:25
"Hay una dinámica impactante en los modos de hacer política, y si hace 15 años la sociedad clamaba “que se vayan todos” y eso desataba debates públicos, hoy las RS muy excepcionalmente son espacios públicos de discusión y más bien son mero machacar rótulos y provocaciones de todo tipo", plantea Mempo Giardinelli en esta nota. (viñeta P W)

«Hay una dinámica impactante en los modos de hacer política, y si hace 15 años la sociedad clamaba “que se vayan todos” y eso desataba debates públicos, hoy las redes sociales muy excepcionalmente son espacios públicos de discusión y más bien son mero machacar rótulos y provocaciones de todo tipo», plantea Mempo Giardinelli en esta nota. (viñeta P K)

Leemos hoy:

(…) aunque resulte doloroso admitirlo, hoy parece evidente que marketing electoral mata militancia política. Eso ha permitido y permite todo tipo de engaños, a la vez que somete rebeldías y ofrece el deplorable espectáculo de políticos camaleónicos al servicio de una gobernabilidad de cartón pintado.

Gobernando con las peores decisiones antisociales, y fortaleciendo la política económica y el endeudamiento feroz que aplican desde diciembre, en el gobierno saben que el modelo neoliberal sólo cerrará si sus víctimas aceptan y sostienen el cuento de la herencia recibida y la corrupción K. Por eso acusan al kirchnerismo y alrededores de conjuras y conspiraciones, cuando son ellos mismos los que se preparan para la violencia como modo final de sustentación en el poder, y para ello cuentan con el diario espectáculo que ofrecen sus cacatúas mediáticos.

Pareciera, por momentos, que logran sus propósitos. Lo que entonces obligaría a todo demócrata a, primero que nada, entender el fenómeno. Y para ello ahí están, diáfanas, las instrucciones del Sr. Durán Barba en el congreso PRO de San Juan: “Hay que entender la política desde lo que ve la gente normal y no los informados”, dijo DB, con lo que llama “normales” a los telecautivos de las clases más pobres, las medias y las más ricas. Oxímoron horrible que empata los intereses de las amas de casa más vulnerables con los de la Sra. Legrand y a esforzados laburantes explotados con los Sres. Morales Solá, Lanata o Majul.

Basado en la no desdeñable, sí que penosa idea de que la gente “elige” según los mensajes en Internet y la microparafernalia de las llamadas redes sociales (RS), este hombre piensa con brillante astucia pero al servicio de la peor causa política: “Si un candidato dice un disparate sobre cómo pagar la deuda externa, tal vez no pierda votos, porque eso es complicado. Pero si el candidato adopta un perro y lo patea y sale en facebook, pierde las elecciones”. Con lo que DB afirma de hecho que meter perros en una campaña sirve para que “el perrito gane muchísimos votos”, en obvia alusión al can presidencial.

Hay una dinámica impactante en los modos de hacer política, y si hace 15 años la sociedad clamaba “que se vayan todos” y eso desataba debates públicos, hoy las RS muy excepcionalmente son espacios públicos de discusión y más bien son mero machacar rótulos y provocaciones de todo tipo. Así, el “homo-dispositivus” es manipulado con perversa inteligencia, minimizando toda propuesta o discurso político-ideológico. Se apela a valores individualistas, anticolectivos y por ende antisociales. La vida política ciudadana se reduce a aprobar o desaprobar mediante “me gusta o no me gusta” y en base a creencias, no a pensamiento ni mucho menos análisis.

Es desolador, sin dudas, pero es la realidad que vive el mundo y en nuestro país impacta en la línea misma de flotación. La política elude así todo control político. Por eso DB aconseja: “Más que comités, necesitamos manejar bien las redes sociales”.

Los políticos profesionales –tanto los genuflexos y camaleónicos, como los dignos que aún quedan– saben hoy que las RS son instrumentos importantes para la construcción de ciudadanía, pero no saben cómo hacerlo y siguen el ritmo machacón que les marcan Clarín y La Nación, que hay que reconocer que están a la vanguardia en estrategias de manipulación colectiva.

Y si bien las redes cambian velozmente, año a año y día a día, y la sonoridad multimedial y tecnologizada resulta incontrolable e impredecible, de hecho la comunicación propagandística por Facebook o usinas de tuiteros (los llamados trolls) es la forma más eficaz de penetración directa en la pobre inocencia de la gente común, como usted o como yo. Las RS son el único espacio en el que cualquier ciudadano/a puede expresarse sin intermediarios y sintiendo que su rol es protagónico. De ahí la facilidad para consolidar cuentos satanizantes de personas o de políticas sociales en un mundo en el que no se rinden cuentas ni hay transparencia.

Las RS son hoy la verdadera plaza pública. Es allí es donde se consagra o se condena; allí donde se coloca el patíbulo contemporáneo. El espacio virtual es de todos y todas, y en ese sentido es democracia pura, en la que por eso mismo es tan peligrosa la manipulación imperial y la local a su servicio. Las RS son el ágora contemporáneo y por eso la democracia representativa va camino del cementerio y lo que viene, como ya decía el Manifiesto Argentino en 2002, es la democracia participativa».

(Leer completa la nota de Mempo Giardinelli haciendo click acá)

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