
«A los fotógrafos, espontáneos o profesionales, ya no se los considera testigos del problema, sino parte del mismo. Porque el problema no es la desbocada represión estatal, o la impunidad de sus agentes, sino cómo hacer que ésta quede invisible para la población» plantea Miguel Gaya, abogado de Argra, en esta nota.
«Gran parte del oficio de reportero gráfico se aprende en la calle, y el resto se transmite con generosidad de experimentados a bisoños. Una de las máximas que se transmiten podría decir: “Cuando la policía sabe que actúa mal, golpea al testigo”. No quiere fotos del error, y maltrata a quien la pretende. Lee el resto de esta entrada »