Una publicación efímera, como todo

Posts Tagged ‘Relatos de Verano’

Esos raros productos nuevos

In por Astrid Riehn, Relatos on 2 marzo, 2012 at 16:08

por Astrid Riehn

Acabo de comprar en el chino de la esquina. Los bay biscuits, el Camellito y el Vívere pasaron sin problemas con el código de barra, pip. Cuando llega el turno de las galletitas de arroz, la cajera teclea el código de forma manual y en la pantalla de la caja aparece, bien grande, en letras mayúsculas, «COSA NUEVA».

Hay cierta economía del lenguaje que resulta francamente encantadora.

Las toninas

In por Astrid Riehn, Relatos on 29 febrero, 2012 at 18:14

por Astrid Riehn

«¡Toninas! ¡Toninas!», exclama la señora señalando con un dedo el mar donde chapotea un puñado de surfers en trajes de neoprene negro.

Envejecer, supongo, es también empezar a ver animales en lugar de hombres.

Escoba, nunca taxi

In por Astrid Riehn, Relatos on 14 febrero, 2012 at 12:07

por Astrid Riehn

Mi amiga llega con el changuito a la cola del supermercado.

Hola, buen día, saluda al cajero y comienza a descargar la compra.
Una leche entera. Pip.
Un paquete de arroz. Pip.
Un champú familiar. Pip.
Un kilo de naranjas. Pip.
Una escoba.
Cajero: ¿Qué pasa, decidimos cambiar el medio de transporte?
Pip.

Con la idea fija

In por Astrid Riehn, Relatos on 24 enero, 2012 at 12:08

por Astrid Riehn

Mi sobrino en el auto:
– Cuándo vamos a la playa?
Coro de adultos:
– Estamos yendo, Mati, falta un poco.
– …
– …
– Cuándo vamos a la playa?
– Estamos yendo, Mati, cuando empieces a ver las dunas es porque ya estamos cerca.
– …
– …
– Cuándo vamos a la playa?
– Mati, ya te dijimos, todavía falta, ves las vacas que lindas? Mirá las vaquitas.
– …
– …
– Y por qué no vamos a la playa?

Preocupaciones vacacionales

In por Astrid Riehn, Relatos on 21 enero, 2012 at 9:25

por Astrid Riehn

– Prueben la bondiola. ¿Está bien así o la dejo un ratito más en la parrilla?
– ¿Quedó Fernet o hay que comprar más?
– Mandame un sms y avisame si hay mucho viento en la playa.
– ¿Traemos una mesita más de la otra cabaña para poner la mesa debajo de los árboles?
– ¿Quedó turrón? ¿Y de esas almendras con chocolate?
– ¿Alguien vio el cargador de mi MP3?
– ¿Pusiste las sillitas de playa en el baúl?

No me molestaría vivir todo el año con estas preocupaciones.

 

Diálogos con mi (nuevo) traumatólogo (un señor de casi 80 años)

In por Astrid Riehn, Relatos on 20 enero, 2012 at 8:30

por Astrid Riehn

El Doctor:  Bueno, querida, para esto hay dos cosas. Una es nadar, que a ustedes las mujeres mucho no les gusta, se les destiñe el pelo, se les corre el maquillaje, les da fiaca cambiarse y ponerse la malla, en fin.

Yo: Cara de «algo de razón tiene».

Doctor: La otra es el yoga.

Yo: Cara de embole.

Doctor: Pero sí, la verdad, te entiendo. Es más aburrido que bailar con tu hermano.

Yo: El problema es que estoy todo el día sentada delante de la compu.

Doctor: Y sí, querida, tenés el enemigo en casa. A ver tus pies, a ver cómo pisás.

Yo:  Me saco los zapatos.

Doctor: Bueno, primero lo bueno. Sos linda. Pero tus pies son feos.

Baja el telón.

Sociedad conyugal

In por Astrid Riehn, Relatos on 19 enero, 2012 at 17:50

por Astrid Riehn

Diálogo con señora de más de 70 muy coqueta, llena de collares, anillos y pulseras.

Señora: Yo estoy en contra del divorcio porque creo mucho en la sociedad conyugal.

Yo: (Me doy cuenta que últimamente no debo hablar mucho, pero le pongo cara intrigada)

Señora: Por eso creo que a veces es mejor comerse un copetín al costado (sic) en vez de divorciarse.

Yo: Ajá. Pero éste es su segundo marido.

Señora: Ah sí, porque por suerte quedé viuda.

Baja el telón.

No confiarse, nunca

In por Mario Rivas, Relatos on 30 enero, 2011 at 15:18

El Pupi Salmerón en un momento inolvidable.Copa de Verano Ciudad de Córdoba 2009. (foto Archivo)

por Mario Rivas

Verano del 2009. Copa Ciudad de Córdoba entre Velez Sarsfield, Lanús y Talleres.

Segundo partido del torneo. Juegan Talleres y Lanús en La Boutique de Barrio Jardín. El estadio está repleto. 40 minutos del segundo tiempo y se mantiene un empate en 1 tanto.

Saque de arco de Talleres. Pase corto de Brasca al capitán del equipo albiazul, Federico Lussenhoff. Pase del colorado a Zermatten, cambiando de banda. Zermatten deja a dos defensores de Lanús en el camino y le pasa la pelota por arriba al Pupi Salmerón, goleador del campeonato. El Pupi la para con el pecho, la domina, sale el arquero de Lanús a taparlo. El Pupi amaga por izquierda y sale por la derecha desconcertando al arquero. Está sólo frente al arco, a unos cinco metros, patea… y manda la pelota a la tribuna.

Hace unos días me lo encontré al Pupi en la peatonal y nos fuimos a tomar una cerveza.

-¿Te acordás de aquél gol que no fue frente a Lanús?, le pregunto.

– ¡Sueño con ese gol! ¡Cómo lo voy a errar! Todavía no lo puedo creer.

– Es que fue increíble. ¿Qué te pasó Pupi?, insistó porque a mi también ese casi gol me persigue en sueños.

-Nada, me dice el Pupi levantando los hombros. Me confíe. ¿Cómo iba a errar ese gol estando el arco tan cerca? Pero en la vida no te podés confiar hermano, nunca. Te confiás y fuiste.

Cuando un ojo tapado era sexy

In por Mario Rivas, Relatos on 23 enero, 2011 at 20:08

por Mario Rivas

Cuando tenía unos cinco años pasamos una temporada viviendo con mi hermano en casa de mi abuela, en Avellaneda. Mi hermano tendría, ponele -como diría el inolvidable Gusty-, unos siete años.

Era verano y cuando se encendían las luces de la avenida solíamos ir a una plaza a jugar. Casi siempre encontrábamos allí a una vecinita muy linda, rubia ella, y que en la cuadra no nos daba ni bola pero en la plaza coqueteaba un poco con mi hermano. A mi, la verdad, mucho no me importaba la vecinita, estaba más preocupado por defender a Roma como el mejor arquero del mundo o en conseguir la figurita con la cara del Sargento Kirk de Combate, que era la más difícil del albúm.

En la plaza mi hermano tenía un extraño jueguito: le ganaba siempre el lugar para tirarse del tobogán a la vecinita y, para dejarla pasar primero, le pedía que se tapara un ojo con su largo pelo rubio. Hecho esto la vecinita pasaba primero. Yo nunca entendí qué gracia le encontraba mi hermano a esa cara con un ojo tapado. Mucho más interesante era tratar de verle la bombachita, cosa que no siempre se lograba.

Tiempo después comencé a descubrir las publicidades de mujeres con el ojo tapado, entre ellas la de la inolvidable Chunchuna. Pero nunca fueron «mi objeto del deseo», por así decirlo.

Hasta que conocí a Verónica Lake y ahí la cosa cambió, para siempre.

Hoy taparse un ojo con el mechón de pelo ya no se usa, ni siquiera en publicidades retro. Una lástima.

 

 

 

Ulises no engañó a la sirena, sino más bien fue el destino, que siempre es intrincado

In por La Sirena, Relatos on 20 enero, 2011 at 16:37

por La Sirena

Él era muy creido, venía allende los mares y habia poseído mujeres en Troya, en Libia, en Sicilia, mujeres jovenes y hermosas (no es dato menor) que se ofrecían al guerrero con avidez y solicitud. Ulises creyó que podía poseer a la sirena engañándola. Ella,temo decirlo, no tenía experiencia en hombres, y cantaba por solo el gusto de cantar (yo creo que cantaba como los hombres de la pampa, para no sentirse tan sola, todo el mundo sabe que  el mar y la llanura son equivalentes) y además estaba el tema del cuerpo, con esa cola de pescado (la sirena era un pescado) que le hacía pensar que jamás iba a ser mina de Ulises.  Eso era una espina atravesada en su cuello de mujer.

Pero como esperar le fue dado, esperó como solo pueden hacerlo las mujeres y las sirenas. Y se quedó callada. Y a los dioses que cuidan las cosas terrestres y las cosas marinas les dio piedad. Ulises se puso a hacer unas fintas de boxeador preparado en algun pueblo del Chaco, y la sirena se fingió afónica, y las imposibilidades del cuerpo se arreglaron vaya a saber cómo (no me fue dado entender esa parte) y finalmente terminaron como en las buenas películas, uno amando al otro.

Dicen que hubo un engaño. Yo no me lo sé.