Una publicación efímera, como todo

El Ojo con Dientes dazibao

Cuando El Ojo con Dientes fue dazibao y seguía, sin saberlo, los pasos de Borges

En el 2003 nos estábamos recuperando del sacudón económico que había significado sacar una revista de circulación nacional desde el interior del país en plena crisis. El 2001 nos dejó, literalmente, culo al norte.

El 25 de mayo del 2003 nacía una nueva esperanza y en junio de ese año decidimos volver con El Ojo con Dientes ahora en formato de afiche-mural y para realizar con los mismos una intervención urbana.

Primer número de El Ojo con Dientes afiche. Junio 2003.

Se trataban de 500 afiches numerados y realizados en tipografía de plomo que luego se imprimían en una máquina Minerva. Los afiches luego eran fijados en las paredes de Córdoba con cinta de papel de tal manera que los lectores pudieran arrancarlo y llevárselo a sus casas.

La máquina Minerva en donde el maestro impresor Gabriel Toledo realizó las siete ediciones de El Ojo con Dientes mural. Imprenta de Felipe Medina sita en la cortada Israel de la secc. 2ª de Córdoba.

Esta acción estaba inspirada en los dazibaos chinos, esos periódicos murales que se hicieron famosos durante la Revolución Cultural.

Algún tiempo después, cuando ya llevábamos varias ediciones de estos afiches, nos venimos a enterar que teníamos un antecedente nacional en este tipo de intervenciones urbanas. Nada más y nada menos que la realizada por el propio Jorge Luis Borges. Así lo leíamos asombrados en una nota de María Esther Vázquez (La Nación, 3/11/03): «En Buenos Aires pronto lo rodearon (a J.L. Borges) los jóvenes escritores argentinos que crearon una revista mural de una hoja, Prisma, que duró dos números (1921, 1922). Estos jóvenes salían por la noche con la hoja, brochas y tarros de engrudo. Empezaban por Santa Fe, desde la plaza San Martín hasta Callao, seguían hacia el sur por Entre Ríos y al llegar a la calle México doblaban a la izquierda hasta el número 564, sede de la Biblioteca Nacional. Pegaban un cartel cada diez metros a lo largo de cinco kilómetros. Acababan en una lechería de La Martona, compartiendo el desayuno con los obreros que iban a trabajar. Borges tomaba un submarino: ‘Una cosa misteriosa consistente en un vaso de leche con una barrita de chocolate adentro'».

Increíble. Estábamos repitiendo -sin saberlo- una jugada que otros muchachones (80 años atrás) también habían realizado.

A partir del segundo número decidimos intervenir a mano los 500 afiches antes de ser fijados en las paredes.

2º número de El Ojo con Dientes mural. Abajo a la izquierda se ve un corazón realizado en fotoshop por Carola Murúa y que eran pintados a mano y luego pegados en cada uno de los 500 ejemplares.

El proceso mismo de la confeción de estos afiches llevaba una ardua tarea. En este proceso trabajábamos mano a mano con el maestro tipógrafo y armador Walter  Álvarez, dando vueltas tipografías, buscando viñetas y grabados antiguos en los «burros» de la imprenta, y asombrándonos de la capacidad visual de Walter: la rama que luego va a servir de cliché para imprimir está armada «en espejo» y de abajo para arriba.

El maeestro tipógrafo y armador Walter Álvarez sostiene en sus manos la rama terminada de El Ojo con Dientes mural.

Una vez terminada la etapa de impresión con la Minerva venía la etapa de intervención a mano: figuritas recortadas, estampas del Gauchito Gil pintadas a mano, pedazos de mapas, etc.

El Ojo con Dientes mural listo para ser intervenido manualmente.

Por último venía la etapa de fijación en las paredes de Córdoba y, en caso del Nº 7,  en las calles de Salta.

Fijación de El Ojo con Dientes mural en las paredes de Córdoba.

Lectores de El Ojo con Dientes mural en las calles de Córdoba.

Cada ejemplar de El Ojo con Dientes mural llevaba, arriba a la izquierda, la siguiente leyenda: «Podés llevartelo a tu casa», ya que muchos lectores -al principio- se contactaban con nosotros preguntándonos dónde lo podían conseguir.

Haciendo realidad el slogan que figuraba en cada ejemplar: «Las paredes son nuestras».

El Ojo con Dientes mural fue una experiencia colectiva y participativa única. En la foto aparece en primer plano Mora, la integrante más joven del equipo.

El Ojo con Dientes mural nos permitió tener un contacto real con nuestros lectores. Fue una experiencia de militancia comunicacional única y realizada íntegramente con el esfuerzo de cada uno de los integrantes de El Ojo con Dientes.

Con El Ojo con Dientes mural ganamos varios reconocimientos y menciones, entre ellas Arte BA y en la Bienal Chandon. Quienes quieran conocer más pueden hacerlo con un solo click acá.

Quienes quieran ver más fotos de esta experiencia comunicacional pueden hacerlo con un solo click acá.

La intención del equipo de El Ojo con Dientes es volver a repetir esta experiencia lo antes posible, je.

  1. […] el 2003 al 2006 hicimos esta experiencia (ver aquí) con resultados más que […]

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  2. Donde puedo comprar una prensa de paleta en Estados Unidos? Les agradezco de antemano.

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